De diane Esquina
Alguna vez has oído hablar de conviviencia? La traducción es 'coexistir', como esas pegatinas de parachoques que puede haber visto en un automóvil frente a usted en un semáforo. La palabra llega la convivencia de un historiador español, Américo Castro, quien escribió en la década de 1940 sobre una época en la España medieval cuando judíos, cristianos y musulmanes vivían juntos y crearon una sociedad que floreció.
Dado este contexto histórico y habiendo visitado varios sitios históricos en España que revelan evidencias de esta convivencia, también considero convivencia para representar la aceptación de que hay múltiples formas de ver y hacer las cosas, y que existen múltiples lentes a través de los cuales podemos ver el mundo. Convivencia significa respetar las tradiciones y creencias de quienes nos rodean.
Convivencia representa lo que las mujeres de Casa de Paz experimentan a diario. Viven juntos en comunidad, apoyándose mutuamente, trabajando a través de conflictos y traumas. Han dejado sus hogares y ahora viven con otras mujeres que pueden compartir su idioma, pero sus prácticas y creencias culturales varían ampliamente. No todos comen los mismos alimentos, ni usan necesariamente las mismas palabras para artículos específicos, ni comparten los mismos valores. En Casa de Paz, experimentan convivencia, navegando entre varias culturas de habla hispana y aprendiendo lo que significa trabajar por un bien común. No siempre es fácil. Vivir en comunidad significa considerar las necesidades y deseos de los demás y superar los deseos individuales que pueden herir o perturbar a los demás.
¿Cómo podemos promover una forma de convivencia en nuestra propia sociedad y en nuestras propias vidas? Podríamos optar por pasar algún tiempo con otras personas que tienen prácticas culturales, perspectivas y valores que son diferentes a los nuestros. Los invito a considerar compartir su tiempo y talentos con los residentes de Casa de Paz. Cualquiera que sea la interacción que elijas, te animo a que escuches atentamente con curiosidad, para comprender la situación, los sentimientos y los desafíos de los demás. La convivencia nos llama a darnos cuenta de que nuestra forma de pensar y hacer las cosas no es los manera, pero simple a forma de hacer y pensar.